jueves, 22 de marzo de 2012

La Juguetería Errante:

El otro día, trasteando por la librería, encontré un libro cuyo título me dejo desconcertada: La Juguetería Errante. 

Cierto es que, pensándolo en frío, quizás no sea nada del otro mundo, pero a mí, que reconozco soy tendente a la fabulación incontrolada, empezó a sugerirme un sinfín de posibilidades. Cogí el libro, vi para deleite de mis ojos que lo editaba Impedimenta - garantía de estar cogiendo un buen texto, con impecable traducción- y, al leer la contraportada, descubrí que mis elucubraciones libreras no iban mal encaminadas: 


"Cuando el poeta Richard Cadogan decide pasar unos días de vacaciones en Oxford tras una discusión con el avaro de su editor, poco puede imaginar que lo primero que encontrará al llegar a la ciudad, en plena noche, será el cadáver de una mujer tendido en el suelo de una juguetería. Y menos aún que, cuando consigue regresar al lugar de los hechos con la policía, la juguetería habrá desaparecido y, en su lugar, lo que encontrarán será una tienda de ultramarinos en la que, naturalmente, tampoco hay cadáver. Cadogan decide entonces unir fuerzas con Gervase Fen, profesor de literatura inglesa y detective aficionado, el personaje más excéntrico de la ciudad, para resolver un misterio cuyas respuestas se les escapan. Así, el dúo libresco tendrá que enfrentarse a un testamento de lo más inusual, un asesinato imposible, pistas en forma de absurdo poema, y persecuciones alocadas por la ciudad a bordo del automóvil de Fen, Lily Christine III "


Decidido: el libro se venía conmigo a casa. Allí comencé a leer y no paré hasta llegar a la última página. Creedme si os digo que lo que genera el texto va más lejos de la adicción... ¡Es pasión! 

La trama es tan variopinta e inesperada, tan divertida y excéntrica, que, cuando menos lo esperas, te has convertido en un personaje más de la misma y estás trabajando mano a mano con Gervase Fen y Richard Cadogan. Sin darte cuenta, te ves envuelta en un torbellino de enigmas, posibles sospechos@s, persecuciones y constantes referencias literarias -ora por necesidad, ora por puro y agradecido vicio- del que no puedes salir hasta que se resuelve el misterio. 

En resumen, que si queréis un buen libro, de esos que divierten, hacen disfrutar, están bien escritos y editados y encima nos enseñan un montón de cosas, optad por La Juguetería Errante. ¿El padre creador? Edmund Crispin. 
Os dejo con el book-trailer ;-)  



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